El 9 de noviembre del 1970, tras haber encontrado un par de ballenas muertas a las orillas de la playa, las autoridades Florence decidieron dinamitar sus restos para «hacerla desaparecer».
El departamento de transporte de Oregón fue televisado en una extraña maniobra con explosivos para «desaparecer» a las ballenas muertas en la playa.
Más de mil personas acudieron ese día a la orilla del mar en donde hicieron picnics y familias esperando divertirse con la explosión de la ballena.
El plan era que las aves se comieran los restos de las ballenas pero en lugar de eso el resultado fue una lluvia roja de carne y huesos que destruyó algunos vehículos, y espantó a todas las aves.
Se dice que para evitar una peste masiva en la zona tuvieron que limpiar todo a mano.
Los detalles de este historia quedaron en la memoria de los espectadores… y en los archivos de medios y el internet.