kakistocracy 2021-06-20 2

Si por kakistocracia entendemos, junto a Alfredo Jalife y otros eruditos, el gobierno de los peores ciudadanos, entonces, no se puede entender cómo «los mejores» renuncian al poder ante «los peores». ¿Cómo puede considerarse que es «mejor» este si deja que lo gobierne ese que es «peor»? Es visible que aquí en México el talento exquisito y no abundante (profesionistas muy especializados) está divorciado de la ambición.

Los individuos así de talentosos, que hacen funcionar al país, son prácticamente la cantidad suficiente que se requiere, y a final de cuentas logran acomodo, sea en la iniciativa pública o privada. Mientras que individuos ambiciosos sobran, pero no están excelentemente instruidos como los antes mencionados: la cantidad de criminales en el país lo demuestra.

Ganarán estos individuos talentosos lo suficiente para no pasar las vergüenzas monetarias de más del 50% de la población, lo suficiente para no querer escalar más puestos, para dejar las intrigas, traiciones, los robos, el nepotismo, la simulación, los vicios y riesgos, pues, a los no talentosos (en producir, pero en consumir ¡olvídense!): los cuales vaya que abundan. Es una decisión calculada, cómoda y sobria en sentido personal, ya que la mediocridad los tiene rodeados, pero fatal en sentido nacional, para las generaciones que seguirán migrando, vivirán pobres o del crimen.

El caso es que serán mejores para producir bienestar los talentosos, pero mejores en consumir ese bienestar producido los no talentosos. Por lo tanto, hablar de que estamos sumidos en el gobierno de los peores, en una kakistocracia, es un punto de partida (idea), pero es menester hacer precisiones adicionales (conceptos).

Estaremos, pues, sumidos en el gobierno de los acaparadores y dilapidadores poco productivos, de los mejores para vivir a costa de que la patria esté maltrecha, de los peores para hacer que prospere.

3 comentarios en «¿Kakistocracia mexicana? Reflexiones breves»
  1. Empiezo a creer que, para que México progrese definitivamente, requeriremos de planear y ejecutar una serie de purgas estilo Stalin, para quitarnos de encima a los más peorcitos, y mandarlos a donde ya no molesten… o al otro mundo. xD

      1. Suena cruento, pero he creído también eso. Sin sacrificios, este país puede dejar de ser país tarde que temprano. El problema reside en que quienes ejecuten tales sacrificios no solo sean capaces de destruir, sino también de construir, y mejor que la clase política y empresarial actual. Los gobiernos posrevolucionarios demostraron en los hechos ser competentes, aunque también complacientes, y anteponían tales encumbrados su posicionamiento al perfeccionamiento del país. Esta situación ha empeorado con el tiempo y se refleja con crudeza en la actualidad. Se habla de la gerontocracia porfirista, pero no de la del sistema político mexicano gatopardista, que crea nuevos partidos, les pone nuevos colores y siguen en la cumbre los mismos de siempre: los herederos del nacionalismo revolucionario, los sinarquistas y revoltosos del 68. Atte: Genaro

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