El coronavirus llegó a México a través de dos pasajeros provenientes de Italia, el 21 de febrero del 2020 según el registro de la Secretaría de Salud, sin embargo algunas teorías conspiratorias dicen que pudo haber llegado antes.

Se ha especulado generalmente en Twitter que hay más casos de los que el Gobierno de México señala, y una de las bases es que se ha dicho que los pasajeros del crucero Grand Princess se infectaron de coronavirus en México entre el 11 al 21 de febrero de 2020, propagando la enfermedad en California.

Primer caso de contacto

La realidad es que no fue hasta el día 6 de marzo que se dio el primer caso detectado sin antecedente de contacto con alguien del exterior, antes de eso todos los enfermos venían del extranjero.

En el Estado de México un hombre de 75 años con síntomas desde 06 de marzo 2020 confirmado y otro de 42 años en la Ciudad de México el mismo día. Fue hasta el 18 de marzo que hubo mayores casos de transmisión comunitaria.

Pero antes de suponer que el coronavirus se originó en México, son los países grandes y avanzados como Estados Unidos en donde año con año se producen miles de muertes relacionadas a las vías respiratorias. Muchas no identificadas

Tan solo el año pasado apareció una «extraña» enfermedad relacionada al vapeo (cigarrillos electrónicos) cuya característica más habitual es un dolor en el pecho y fallo que les provocaba la muerte. Algunos se han atrevido a señalar directamente a Estados Unidos.

Por otro lado, la versión oficial de China es que aunque ellos fueron los primeros en aislar el virus del SARS-Cv-2, eso no significa que se haya originado en Wuhan, pues el paciente 0 no ha sido identificado.

Quizá, el número de pruebas que se ha estado realizando no sea más que una contabilización de una enfermedad que tiene más tiempo. Lo cierto es que esto es especulación, y algunos científicos han exhortado a enfocarse en soluciones.

La verdad es que la ciencia no debería abrir la puerta a medias para mirar la verdad de soslayo y con restricciones políticas, si en el paso a encontrar la cura.

¿Se abrirán nuevos caminos a la cooperación científica en esta cuarentena?

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