El aumento en las extorsiones, estafas telefónicas o amenazas apuntan a una debilidad en la estrategia de la seguridad para actuar ante este problema y su lentitud se debe a la falta de cooperación del gobierno con las empresas telefónicas para ubicar a los responsables.

Si bien la campaña anti-extorsión ha servido de algo, no combatirlos con estrategias efectivas y cooperación no asegurará acabar con este problema.

Otro factor es la facilidad de adquirir números telefónicos de forma anónima y barata, por lo que prácticamente cualquier persona con hasta $30 pesos puede adquirir un chip Telcel, Movistar, AT&T, Virgin, Axtel o Nextel.

¿Cómo lograrlo sin violar la privacidad del usuario?

Lo ideal para no violar la privacidad de los usuarios del servicio es que el cliente deba presionar la sencilla opción «reportar llamada» y que sea esta la única forma en la que el demandante le permita a las autoridades consultar esta grabación.

Aunque es muy posible que sea requerido un historial de llamadas realizadas y recibidas, de esta forma sería más fácil reconocer los números telefónicos que incurren en el delito y así aumentar expedientes que justifiquen el acceso a esta información sensible como en dónde se ubican, en dónde los compran con más frecuencia.

Si no existe un seguimiento al menos de la adquisición de ese número telefónico desde el punto de venta y las cámaras: evitar este crimen no solo será difícil sino imposible y sería absurdo siendo tan sencilla la forma de proceder, que bajo ciertas restricciones, cumple con los derechos de privacidad y la ley.

La rápida respuesta del gobierno se logrará solo con la cooperación empresarial

Al igual que los bancos reportan o congelan cuentas de quién se enriquece de forma ilícita, las compañías de telecomunicaciones podrían ser más efectivos y cooperativos en el combate a la extorsión.

El actual Gobierno de México se ha aventurado en tomar los retos de una forma distinta a las administraciones anteriores, lo que ha generado una discordia política en la enorme república mexicana.

Empresas telefónicas deben ofrecer un mecanismo de denuncia de fraude telefónico, extorsión y amenazas

Una realidad es que algunas empresas tienen incluso mayor cobertura que el propio gobierno, y no cooperar con la seguridad de la sociedad, bajo ciertas excepciones como lo es la extorsión o la amenaza es más que malinchista.

Debería ser considerado cooperación con la delincuencia si además facilita el anonimato y dificulta cualquier forma de detener el ilícito… más cuando la solución es simplemente sencilla:

  • El proveedor de la línea ofrece un mecanismo para reportar una llamada realizada a las autoridades.
  • La grabación puede o no ser analizada por un especialista interno que evaluará su reporte a la policía.
  • O bien, si la empresa telefónica desea ahorrar en personal y evitarse corrupción se debería utilizar un sistema automatizado al que la policía pueda acceder bajo ciertos criterios como la autorización del denunciante. Así la autoridad podrá acceder a la grabación para evaluar y procesarlo a la carpeta de investigación del delito.
    La información del denunciante no es necesaria en esta parte del proceso por lo que se evitarán posibles amenazas contra el denunciante.
    La empresa podrá y deberá denunciar amenazas de las fuerzas policíacas.
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Algo sumamente crucial es que un número de teléfono al que ya se amenazó una vez podría ser fácilmente blanco una segunda ocasión, por el simple hecho de haber denunciado. Esto puede dar más información a la empresa y a las autoridades.

Lo cierto es que de la novedad y el debate surgen nuevas conclusiones

Sin la capacidad de vislumbrar un verdadero análisis de la estrategia del actual presidente de México debido al corto plazo, los fans y los detractores se adelantan a funestar un destino exagerado.

Lo cierto es que de la novedad, y el debate que ha surgido entre las políticas anteriores y las diversas visiones políticas, los argumentos se enriquecen y pueden advertirse en el camino ya los grandes errores. Esa es la verdadera importancia de señalar los errores. Se deben de analizar a través de reportes enriquecidos y no tácitos, las propuestas y las conclusiones no deberían ser banales.

La prisión debe cumplir su propósito: ¿condenar?

Además de la contención y la «condena» las cárceles deben ofrecer un espacio y un ambiente que cumpla con su supuesto propósito: la re-inserción a la sociedad, en cambio es posible observar un incremento en las extorsiones realizadas desde el interior de la cárcel y fugas, señalando el evidente abandono que les permite continuar operando.

La detención actualmente representa para muchos hombres la suspensión de sus obligaciones laborales con el mundo y vivir bajo la «condena» en realidad le recuerda a una vida en la etapa de la infancia: alimento humilde, estar encerrado o acostado, jugar fútbol o basquetbol, contar historias, pelear mientras muchos de sus hijos se encuentran en el exterior y sin apoyo.

Al contrario, muchos reos requieren ingresos del exterior que sus familiares terminan pagando.

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