Se estima que cada día hay más de 2 mil heridos y 500 personas asesinadas por armas de fuego, según la cancillería de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es en Latinoamérica una de las regiones que concentra más asesinatos debido al tráfico ilegal de armas.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas celebrada el 22 de noviembre del 2021, reconoció al tráfico ilícito de armamento como uno de los elementos principales implicados en los asesinatos del mundo. Aunque en su mayoría este tipo de homicidios termina con la vida de hombres, se reconoce que entre las víctimas también hay una cantidad considerable de mujeres e incluso de niños.

Marcelo Ebrard, canciller de México, declaró este lunes como insuficientes las acciones globales para detener la operación de varias redes ilegales de tráfico de armas. Reconoció que en alrededor del 75% de los homicidios y feminicidios está implicada un arma ilegal.

Así mismo, datos de la ONU señalan que, más de 8000 niños y niñas han muerto o quedado mutilados debido al tráfico de armas durante los últimos años.

Insuficientes las acciones contra el tráfico de armas

Aunque existen dinámicas para prevenir su ilegalidad, es imperativo atender todos los procesos de la industria de armamento para prevenir su tráfico ilegal, reconoció México ante la ONU. Urgió crear un régimen internacional para prevenir el desvío transfronterizo de armas cortas, largas y municiones.

Industria armamentista financia al crímen organizado

En la mayoría de los países en el globo se considera el uso de armamento entre civiles como ilícito, salvo pequeñas excepciones. Sin embargo, las grandes industrias han encontrado la forma de vender a países donde es ilegal apoyándose de criminales.

Paradójicamente, la mayoría de los países exportadores de armas condena con bastante crueldad el tráfico de drogas a sus países, y suelen exigir mayor uso de armamento, así como mayor crueldad contra presuntos criminales. Para las fuerzas policíacas, esto solo termina en metas de números, por lo que termina a su vez con una alta cifra de inocentes asesinados incluso a manos de las autoridades para presentar «cifras alegres», sin mayores indagaciones sobre el origen del armamento.

Solo para ejemplificar, algunos de los grandes exportadores de armas a México y Latinoamérica se encuentra en Texas, desde donde ciudadanos estadounidenses con doble nacionalidad viajan al sur para entregar y vender armamento. En algunas ocasiones con total impunidad, ya que en la operación están implicadas grandes industrias.

Así mismo, países de África como Kenia y El Congo, han denunciado que esta práctica afecta gravemente a la sociedad y destruye el tejido social, propicia a su vez la violencia en sus naciones de origen al igual que en Latinoamérica.

Esto en contraste con la riqueza generada por estas industrias sangrientas que obtienen beneficios de la muerte de inocentes, recordó el canciller mexicano y exigió al igual que otras naciones, mayores esfuerzos contra estas empresas que tienen prácticas inmorales y apoyan la ilegalidad en países «de tercer mundo».

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